lunes, 9 de julio de 2018

CUANDO OTROS ESCRIBEN Y ME ENCUENTRO


      La vida es para mí el resultado de los encuentros que sucedieron, suceden y sucederán...Cada una de las personas que aparecen en el camino me entrega un tesoro valioso que de una u otra forma pasa a ser parte de mí...tantas veces digo...y tan pocas escucho...y, hoy, como tantas y tantas otras veces, cuando algo me toca (y soy facilmente tocada) quiero decir, y si, podría decir,pero no digo....transcribo...hoy me voy a limitar a cortopegar las palabras de un hombre que en un momento de mi vida fue LUZ  para mí...Hoy sólo soy eco:



Cada día me resulta más difícil hilar una simple conversación interesante e inspirada con mis amigos de siempre, con los que, cada vez más, suelo acabar criticando el mundo sin aspirar ya a mejorar nada. Cada día están más lejos de nosotros los indígenas amazónicos con los que conviví, ya que cualquiera de ellos conoce remedios naturales para casi todas sus enfermedades, sabe como construir la cabaña donde vivirá años con su familia, sabe como preparar astutamente un buen puñado de trampas para cazar y pescar y como cocinar las presas, sabe hilar y tejer, preparar varios venenos a partir de los recursos naturales, sabe cómo negociar con sus amigos y enemigos, conoce una larga letanía de mitos, ritos y cantos sagrados, cómo orientarse en la selva y preparar ayahuasca y otras plantas visionarias para configurar su futuro, cómo reparar su rifle y cómo encender fuego con plantas húmedas. A su lado, cualquier occidental medio es un verdadero ignorante (de)generado que no sabe nada de nada que sea útil. A veces, por ejemplo, me siento un imbécil de remate usando el GPS: sí, es práctico cuando indica una ruta, pero ¿dónde queda la intuición, la capacidad para orientarnos, la capacidad para razonar, para entender un mapa de montañas o de carreteras, dónde queda la capacidad para relacionarnos con el paisano a quien preguntábamos una dirección, y especialmente dónde queda la capacidad para decidir una ruta? Cada vez que aparece un dispositivo que suple una función humana, no lo dudéis, es un grado más en el camino hacia la reducción del CI. En definitiva, me siento asustado por el proceso ascendente de la imbecilidad ambiental en que nos movemos, de la que el mencionado estudio es un broche. No por ello pierdo la esperanza en mí, en que el Creador sabrá lo que está haciendo y en una minoría humana que, como tantas veces en la historia, sabrá salir del letargo generalizado para seguir trazando el camino de la evolución, a pesar de la cada vez mayor presión por parte de la absurda estupidez general.
Dr. J.Mª Fericgla

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