domingo, 1 de mayo de 2011

Contada accidentada

     ...el viernes conté en Cartagena....fué una contada muy peculiar...salí de Murcia con tiempo de sobra, pero un golpe de viento cerró la puerta de la furgo y se me quedaron las llaves dentro, y también guitarra, caja naranja, pantalón de bolo...no me quedó otra que intentar romper un cristal con una piedra y coger mis herramientas de trabajo....o la piedra era muy blanda o el cristal muy duro...no pude con él... y además varias señoras que pasaron me miraron; no se si como a una loca o a una ladrona...pero de mala manera.... llamé al 091 y me dijeron que venían pronto...pero no venían...volví a llamar diciéndoles que me esperaban los niñ@s y se hacía tarde para empezar, entonces el policía me dijo que me conocía por la voz, que había llevado a sus hijos a la biblioteca a verme otras veces y que lo solucionaba personalmente en un plis.... y al momento oí una sirena y vino la autoridad con un pequeño aparato parecido a un mechero y rompió el cristal....el policía se cortó con los vidrios, la bibliotecaria salió en ese momento y se lo llevó al botiquín, yo afiné guitarra, monté micro, me puse el uniforme de cuentera y conté para un público numerosísimo....... yo no me sentía muy bien, no fué una de mis mejores contadas pero el público estuvo muy atento y una niña al final me dijo al oído: "te quiero muchisísimo"... En el viaje de vuelta tenía esa desagradable sensación de no haberlo podido dar todo contando...aunque las bilbiotecarias me dijeron que había estado muy bien. Regresando, mientras bajaba el puerto de la Cadena intentaba positivizar pensando lo aprendido:
      
                     1)  La impuntualidad no es siempre falta de previsión, porque nunca se puede preveer pa donde va el viento.
                     2) Hay un policía  en Cartagena que lleva a sus hijos a ver cuentacuentos y,  ¿tiene que ver eso en que por primera vez en mi vida, la policía apareció para ayudarme  a resolver un problema y  no para dármelo sin motivo?
                
                     3) Hay rompe-cristales del tamaño de un mechero (¿dónde los venderán?)


                     4) Todos los policías no controlan  las armas que utilizan

                     5) Pase lo que pase, un "te quiero al oído" quita todos los males

                

                      

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